"Esta mañana ha pasado el cirujano que me operó ayer pero me ha dicho que hasta última hora de esta tarde no va a realizarme la primera cura porque al menos quería dejar un día entero el drenaje puesto", continúa explicando el joven torero, que recuerda cómo llegaron las volteretas: "El primer porrazo con el capote me dejó atontado, me cogió de lleno y casi me deja KO. El segundo, en el que me hirió en la axila, sentí enseguida que me había calado al notar el desplazamiento del pitón dentro de mi cuerpo. La zona es muy molesta y de hecho casi ni podía mover el brazo cuando me levanté del suelo. La cornada ha llegado hasta el omóplato y ese hueso paró la trayectoria del pitón pero los desgarros ahí están".
Para Gómez del Pilar, "la pena más grande es que la cornada ha llegado en el momento en que la gente empezaba a hablar de mí y tenía varias actuaciones importantes por delante". La primera, el próximo domingo, 24 de junio, en Las Ventas de Madrid, mano a mano con Gonzalo Caballero, el otro novillero triunfador de San Isidro: "No lo sé seguro, porque hay que esperar a ver cómo evoluciona todo, pero va a ser complicado llegar a punto. Lo que está claro es que voy a hacer todo lo posible por estar en Madrid, pero también sé que no debo forzar la máquina. Hay momentos en que es peor forzar porque la lesión puede agravarse y terminar arrastrándola toda la temporada".
De momento, "los dos o tres próximos días los pasaré en el hospital", afirma el torero, que concluye expresando: "con la esperanza de que el miércoles o el jueves puedan darme el alta y marche a Toledo a seguir con la recuperación".
